La identidad visual es el conjunto de elementos gráficos que la marca utiliza para crear un impacto visual, ser recordada y conseguir transmitir unos valores concretos.
Lo sé, estás pensando: “¿Pero, no son lo mismo?” Pues no, no son hermanos gemelos, pero sí primos hermanos. Pero no te preocupes, que hoy no te irás a la cama sin comprender sus diferencias y similitudes.
Como ya te hemos adelantado, el branding y la identidad visual son primos hermanos. De esos que se han criado juntos y se parecen tanto que es difícil imaginar al uno sin el otro. Pero como todo hijo de vecino, cada uno de ellos es de su madre y padre (+1 en expresiones populares).
Identidad visual.
También es conocida entre sus amigos como Identidad de marca. Se refiere al conjunto de elementos gráficos que la marca utiliza para crear un impacto visual que facilita ser recordada y transmitir unos valores concretos.
Pero no simplifiquemos. No caigamos en el error de creer que se reduce al logotipo, tal y como se entiende coloquialmente (otro día entramos en ese sub-universo de palabras), sino que va bastante más allá. Implica una paleta de color coherente y acorde con aquello que la marca quiere transmitir, una tipografía que refuerza el mensaje, así como patterns, iconos o demás elementos gráficos.
La identidad visual es el exterior de una marca. Piensa en alguna tribu urbana y como, mediante su apariencia física, proyectan una filosofía, unos sentimientos y una pertenencia. Bien, pues el armario de tu proyecto está representado por el manual de marca. En él tienes todos esos elementos y directrices que harán que tu proyecto se entienda bien desde fuera, pero, sobre todo, que transmita la idea que deseas a aquellos que van a relacionarse con él.
Tu identidad visual es consistente si…
- Cuando observas tu marca sientes un feeling especial, es que tu marca tiene algo de ti.
- Cuando escuchas a alguien hablando de tu marca dice aquello que tu pretendías transmitir.
- Los valores y filosofía de marca llegan a los demás sin que tú tengas que intervenir presencialmente.
- Los elementos gráficos que usas van en sintonía con tu mensaje, lo refuerzan y lo hacen único.
- Cuentas con diferentes versiones de tu material gráfico para poder usarlo en diferentes situaciones y formatos.
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Branding.
Si la identidad visual es la imagen que proyecta tu marca, el branding es la experiencia que quieres hacer vivir a todo aquel que llega hasta tu proyecto. Es el responsable de conseguir la conexión emocional entre el cliente y la marca.
Al igual que tú no eres solo la ropa que vistes o tu color de pelo, tu proyecto no es solo la identidad visual. Es más, tu marca estará coja si no tiene un trasfondo real, es decir, esa filosofía que guía tu trabajo y la esencia que subyace de él.
¿Y cómo se traducen elementos tan intangibles como la filosofía de marca o la esencia en acciones concretas que implementar? Pues a través de la forma y las plataformas a través de las que te comunicas con tus clientes (copy), cómo se sienten, o los haces sentir, con tus servicios o productos, la experiencia de compra… Es decir, aquellos sentimientos, sensaciones, emociones y pensamientos que experimentan las personas cuando entran en contacto con nuestra marca.
El branding es tan importante en una marca, que puede incluso determinar las palabras, expresiones o estilos gráficos que utiliza, creando así un universo de marca que es fácilmente reconocible.
¿Imaginas a una marca de textil ecológica, que usa tintes libres de tóxicos y fibras naturales enviando sus productos en una bolsa de plástico? Seguro que no. Y si lo hace, está enviando un mensaje equivocado al cliente que ha comprado el producto atraído por una filosofía de marca concreta. Y créeme, por muy bonito que sea su logo, o su producto, ese cliente ya no tiene la misma percepción de la marca.
Si la identidad visual es la imagen que proyecta tu marca, el branding es la experiencia que quieres hacer vivir a todo aquel que llega hasta tu proyecto.
Tienes un branding ajustado a tu proyecto si…
- El estilo de tu marca está en sintonía y consonancia con tu filosofía de marca.
- Cuando te comunicas con tus clientes, se contagian de la esencia de tu proyecto y conectan con él.
- La filosofía de tu marca y su esencia forman parte de tu forma de trabajar y de ver la vida.
- Las diferentes plataformas en las que comunicas tu proyectos tienen una imagen cohesionada y el mensaje es unitario
Esta última puede parecer muy filosófica en sí, pero quizás es una de los errores más grandes que puedes cometer. Si creas una marca o proyecto con unos valores que no compartes, llegará el momento en el que no solo tus clientes lo noten, sino que tú mismo sentirás tu marca como algo ajeno. Así que sé honesto contigo mismo y deja que tu marca nazca de ti, porque todo comienza con una base, tú.
Esperamos haberte aclarado la diferencia entre ambos conceptos y su similitud. Al final todo se reduce a que ambos son necesarios para crear una marca que impacte y deje huella. Pero, sobre todo, una marca con la que conectes tú y tu público objetivo.
